Había una vez un reino llamado “Fantasía”, en donde sus soberanos tenían dos hijas, Esmeralda y Perla.
Esmeralda era alta, delgada, de ojos grandes y cabello dorado, Perla, era bajita, gordita, con ojos azules y cabello castaño.
Los niños del reino siempre invitaban a jugar a Esmeralda, dejando a Perla sola y muy triste.
Una tarde, todos los niños inventaron ir al bosque cercano para recolectar fresas y moras, Esmeralda le dijo a su hermana que la acompañara, pero esta se negó, alegando que los demás niños no la querían por gorda.
Esmeralda, con una voz muy dulce, le dijo que si no la acopañaba, ella tampoco iría. Así que las dos salieron y se reunieron con los demás niños.
Esmeralda dijo que su hermana iría con ellos y que, para todas las demás invitaciones, también asistiría. Y todos aceptaron contentos.
Así, de esa manera, Perla no volvió a sentirse discriminada por su peso.