Lee el siguiente poema.
Juventud, divino tesoro.
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro y a veces lloro sin querer
Plural ha sido la celeste historia de mi corazón. Era una dulce niña, en este mundo de duelo y de aflicción.
Miraba como el alba pura; sonreía como una flor. Era su cabellera obscura hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño. Ella, naturalmente, fue, para mi amor hecho de armiño, Herodías y Salomé…
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer…
Y más consoladora y más halagadora y expresiva, la otra fue más sensitiva cual no pensé encontrar jamás.
Pues a su continua ternura una pasión violenta unía. En un peplo de gasa pura una bacante se envolvía…
En sus brazos tomó mi ensueño y lo arrulló como a un bebé… Y te mató, triste y pequeño, falto de luz, falto de fe…
Juventud, divino tesoro, ¡te fuiste para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer…
Otra juzgó que era mi boca el estuche de su pasión; y que me roería, loca, con sus dientes el corazón.
Poniendo en un amor de exceso la mira de su voluntad, mientras eran abrazo y beso síntesis de la eternidad;
y de nuestra carne ligera imaginar siempre un Edén, sin pensar que la Primavera y la carne acaban también…
Responde en tu cuaderno
-En este poema encontramos la mayoría de los temas modernistas, búscalos y explícalos brevemente.