Muchas familias hispanas deciden emigrar a los Estados Unidos en busca de mejor vida. Lamentablemente se enfrentan a muchos obstáculos. Uno de estos lo es el racismo. No son aceptados por muchos de los residentes por no hablar el mismo idioma y algunas veces porque piensan que los latinos van a quitarles sus oportunidades de empleo entre otras razones.
Otro de los obstáculos, y quizá el más importante, es la separación de las familias. Muchos padres hacen la travesía solos, dejando a sus hijos en su país de origen. A pesar de que lo hacen con la intención de ganar dinero para sustentar a su familia, no deja de ser muy triste y difícil la decisión.
No conforme con esto, muchas veces se enfrentan a la violencia doméstica. La sufren en silencio, ganándoles el miedo a ser deportados.