Answer:
Dos cabras, retozando alegremente en las rocas empinadas de un valle montañoso, se encontraron por casualidad, una a cada lado de un profundo abismo a través del cual se vertió un poderoso torrente de montaña. El tronco de un árbol caído formaba el único medio de cruzar el abismo, y en él ni siquiera dos ardillas podían pasar una a otra con seguridad. El estrecho camino habría hecho temblar a los más valientes. No así nuestras cabras. Su orgullo no permitiría que ninguna de las dos se hiciera a un lado por la otra.
Una puso su pie en el tronco. La otra hizo lo mismo. En el medio se encontraron cuerno con cuerno. Ninguna de ellas cedió, y así cayeron ambas, para ser arrastradas por el torrente rugiente de abajo.
Es mejor ceder que caer en la desgracia por terquedad.
espero que te sirva!