EL MUCHACHO DE LOS CLAVOS
Esta es la historia de un muchacho que tenía mal carácter. Su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. Las semanas siguieron su curso. A medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven finalmente anunció a su padre que ya no quedaban más clavos para quitar de la puerta. Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta; nunca más será la misma. Cada vez que pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tú puedes ofender a alguien y retirar lo dicho, pero del modo que lo digas devastarás y la cicatriz perduraría para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están prestos a abrirnos su corazón.
1. ¿De qué habla el texto?
A. De un padre que orienta a su hijo.
B. De un vendedor de clavos.
C. De la paciencia en el trabajo.
D. De la importancia de escuchar.
2. Según el texto, ¿qué significado tienen las huellas en la puerta?
A. La paciencia del padre.
B. El dolor causado a las personas.
C. La obediencia del joven.
D. El apresurado paso del tiempo.
3. “…y la cicatriz perduraría para siempre.” ¿Qué significa la palabra perduraría en el
texto?