Para que algo sea una función impar, debe tener simetría con el origen, no con el eje x. Esto significa que si tiene un punto como (a, b) también tiene los puntos (-a, -b). Por ejemplo, y = x es una función extraña porque hace esto.
Las funciones pueden ser simétricas sobre el eje y, lo que significa que si reflejamos su gráfica sobre el eje y obtendremos la misma gráfica. Hay otras funciones que podemos reflejar tanto en el eje x como en el eje y y obtener la misma gráfica. Estos son dos tipos de simetría que llamamos funciones pares e impares.