Existen diferentes tipos de estrellas debido a las variaciones en su masa, temperatura y composición química. Estas diferencias en las propiedades físicas de las estrellas determinan su evolución y características observables.
La masa de una estrella es uno de los factores principales que determina su tipo. Las estrellas pueden variar desde enanas rojas de masa baja hasta supergigantes de masa alta. La masa influye en la temperatura y la presión interna de la estrella, lo que a su vez afecta su brillo, color y ciclo de vida.
La temperatura de una estrella también es un factor importante en su clasificación. Las estrellas más calientes suelen ser de color azul o blanco, mientras que las más frías son de color rojo. La temperatura está relacionada con la cantidad de energía que una estrella emite y su espectro de radiación.
Además, la composición química de una estrella puede variar, lo que afecta su luminosidad y otros aspectos. Las estrellas están compuestas principalmente de hidrógeno y helio, pero también contienen trazas de otros elementos. La presencia de diferentes elementos influye en la reacción nuclear que ocurre en el núcleo de la estrella y, por lo tanto, en su brillo y evolución.
Las diferencias en masa, temperatura y composición química dan lugar a una amplia variedad de tipos de estrellas, como enanas rojas, estrellas de secuencia principal (como el Sol), gigantes rojas, supergigantes y estrellas de neutrones. Cada tipo de estrella tiene su propia vida y evolución, y contribuye a la diversidad y belleza del universo observado.