La aparición de espumas y burbujas en el contenido de una jarra muchas veces se debe a la presencia de tensioactivos, sustancias que reducen la tensión superficial entre líquidos y sólidos o entre dos líquidos.
Los tensioactivos, que se encuentran comúnmente en detergentes o jabones, pueden estabilizar y atrapar aire o gas dentro del líquido, formando burbujas.
La agitación o agitación de la jarra potencia este efecto al introducir aire en el líquido. Además, ciertas bebidas, como las carbonatadas, contienen de forma natural gases disueltos, lo que contribuye a la formación de burbujas.
El fenómeno es el resultado de la interacción entre la tensión superficial, la solubilidad del gas y la acción mecánica sobre el líquido.