La palabra "marino" proviene del latín "marinus", que se relaciona con el término "mare", que significa "mar".
Este origen latino refleja la conexión intrínseca de la palabra con el entorno marítimo. A lo largo de la historia del español, ha conservado su raíz latina, adaptándose al uso común.
El sufijo "-ino" denota pertenencia o relación, y en este contexto, transforma "mar" en "marino", aludiendo a algo relacionado con el mar.
Así, "marino" se ha arraigado en el vocabulario español para describir lo vinculado al océano, ya sea en referencia a personas, animales, o cualquier objeto asociado con el ámbito marítimo.