Gabriel no se cansa de mirar el cielo. Todas las noches, desde la ventana de su cuarto, contempleta las estrellas hasta que el sueno le cierra los ojos. No había para el nada tan hermoso como su brillo intermitente, inapagable, mágico. Y esta seguro de que ellas, al conocer su admiración, brillan aun mas cuando siente que el las observa. Algunas veces las estrellas no están todas en su lugar y rapidito Gabriel lo nota. Un día le pregunto a su madre por que las estrellas no brillan durante el día. Su madre le respondió que en el cielo había un enorme cofre que esta cerrando durante la noche, y que un ángel lindisimo se encargo de mantenerlo con llave. Y que cuando el sol despertaba cada manana, las estrellas, una a una, se quitan sus hermosos trajes brillantes y los guardan en el cofre; el ángel las acomoda y le da a cada una su pijama de nubes y las estrellas se duermen hasta el anochecer. Gabriel sonrió muy satisfecho con la explicacaion.